sábado, 6 de junio de 2009

CÓMO PREVENIR LA SOLEDAD, LA DEPRESIÓN Y EL SUICIDIO EN NIÑOS Y JOVENES


Cuando leí este libro, lo hice pensando, o más bien recordando a un estudiante que tuve en mis tiempos de profesor en el Colegio Seminario Espíritu Santo. En esa época, Camilo debía tener unos 13 años, estaba en octavo grado y nada parecía indicar que dos años después iría a terminar trágicamente él mismo con su propia existencia. Me entere de la noticia por intermedio de otro estudiante, un día en un encuentro furtivo en una estación de Transmilenio en Bogotá.

Como psicólogo hasta ese momento no me había interesado por el tema, pero coincidió esa noticia con mi conocimiento de Miguel De Zubiría Samper y su obra.

Pues bien, tal y como se pregunta el maestro “Quién no se cuestiona ante el hecho contundente del suicidio de un niño o un adolescente? ¿Cuáles son las verdaderas razones para tomar esta decisión? ¿Qué podemos hacer los padres, docentes y, en general, todos los adultos para evitar este fenómeno que cada ves se generaliza mas en el mundo?”

Las anteriores son algunas de las preguntas que Miguel de Zubiría aborda en este libro. El autor analiza los aspectos sociales, psicológicos y afectivos que determinan los actos de niños y jóvenes, y muestra como la mejor prevención es educarlos para que crezcan fortalecidos, con amplias habilidades afectivas y psicológicas que les den las herramientas suficientes para enfrentar y superar los problemas, y los aleje de evadirlos de la manera mas aterradora que pueden elegir.

Me llama la atención como uno de los antecedentes de la conducta suicida tiene que ver con las pautas de crianza, con la forma como fueron criados las personas. Es común encontrar en la historia de vida de los suicidad una crianza permisiva o autoritaria que tiene como resultado individuos con grandes incompetencias afectivas intrapersonales cuya ausencia a la larga los lleva a tomar esa decisión.

Como una forma de hacer frente a esa situación, De Zubiría propone entonces un modelo de crianza diferente. Una crianza formativa en la que sin lugar a dudas los padres juegan un papel importante. Pero…. ¿Quien le enseña a los padres y madres de familia este tipo de crianza? Lastimosamente no existe institución alguna, y lo que ocurre es que los padres terminan de alguna manera replicando la forma como ellos mismo fueron educados, no formados.

Precisamente, el aprehender a ser padres es una de las competencias que promoveré cuando el Centro de Formación Humana sea una realidad.

Por lo pronto le invito a visitar este blog donde vengo reflexionando al respecto.

http://andresgranada.wordpress.com

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